Fragmento de La pared de Roberto
Idaira y Airam se veían todas las noches en el camino que unía Santa Cruz de La Palma con Garafía.
Allí hablaban, se contaban sus cosas.
Hacían planes de futuro:
lo que harían cuando se fueran juntos,
los sitios que visitarían,
las aventuras que vivirían.
También, como es natural en los enamorados, se besaban con calidez y pasión y disfrutaban de su poco tiempo en compañía.
